Hacia el noreste encontramos la cordillera de Paucartambo que permite ingresar a los bosques de neblina de Kosñipata y luego al Parque Nacional del Manu. Y finalmente, tras atravesar las cordilleras hacia el norte, se abre una vasta región selvática que conforma los valles de La Convención y el bajo Urubamba. Se trata de ecosistemas de selva alta y baja que limitan con Madre de Dios, Ucayali y Junín constituye el territorio ancestral de diversas etnias amazónicas.
Ecología de Machu Picchu
Rodeando la enigmática ciudadela inca de Machu Picchu se encuentra un biodiverso mundo natural conformado por cientos de especies de aves multicolores, helechos gigantes como árboles, bromelias adheridas a los troncos y ramas disponibles, elusivos venados enanos, osos de anteojos que vagan lentamente por las empinadas laderas de las montañas y ágiles ocelotes siempre al acecho; un mundo húmedo y caliente donde los incas decidieron alzar su más grande obra de arquitectura y que constituye uno de los ecosistemas más variados de nuestro país.
Estos bosques casi colgados de las abruptas y empinadas laderas, son particularmente ricos en especies de flora, de las que se han registrado 2,354 especies. Este es el hábitat de enormes helechos arborescentes y begonias gigantes que sirven de refugio a innumerables especies de fauna silvestre. Asimismo, existen más de 400 especies de aves, más del 20% del total registrado para el Perú. Algunas especies representativas de este ecosistema son el gallito de las rocas, las coloridas tangaras y los veloces y diminutos picaflores.
Gallito de las rocas.
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